Poemas de Oscar Acosta ¡Los 5 mejores del autor!

La literatura es apasionante, pero los poemas de Oscar Acosta son eternos. En este artículo te traemos los mejores 5 poemas del autor donde te deleitarás con versos espectaculares, sigue leyendo y descubre el mundo de este característico autor.

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El autor más leído por la juventud debido a su estilo aventurero y emocionante.

¿Quién fue y los poemas de Oscar Acosta?

Antes de comenzar a adentrarnos en los poemas de Oscar Acosta debemos saber quien era él. Nació en Tegucigalpa, Honduras el 14 de abril de 1933, este escritor, crítico literario y diplomático hondureño, pertenenció a la generación del 50, que es bien conocida por el deseo insaciable de la renovación del lenguaje. Este importante escritor latinoamericano, recopiló obras pertenecientes a otros autores como «Antología» de 1967 y «Poesía hondureña de hoy» de 1971.

Una de sus obras más emblemáticas, fue su libro publicado en el año 1957, llamado «Poesía menor», la misma abarca un conjunto de ensayos que entre ellos, se encuentra «Anticipación el geranio», allí se aborda el tema de que la poesía menor tiene una acción afirmativa y resalta lo positivo de lo discriminado y lo despreciado. Si te interesa puedes buscar una página web donde muestran las distintas obras literarias de este autor entre los años 1933-2014.

En este breve vídeo, te mostraremos más de la vida de Oscar Acosta y si eres aficionado a su trabajo pues éste es el indicado para ti, desde sus inicios en la Generación de los 50 hasta sus últimos días, un homenaje para proponer una nueva literatura.

Poemas de Oscar Acosta

Llegar a ti, entonces, es buscar

Llegar a ti, entonces, es buscar
la voz de un niño entre las multitud,
recoger el miedo interminable
que origina un viento nocturno,
iluminar el amor con una lámpara
de primitivo y de dulce aceite,
tocar con los dedos un pájaro de azúcar
que besa el cuello de las mujeres,
limitar la invasión de la nieve
que llega con sus armaduras de frío
y verte tranquilo y reposado
quemando el intacto silencio.

Estos poema del hondureño reflejan las contingencias que se presentan en la vida cotidiana de las personas, cómo un ser humano puede perderse y encontrarse a sí mismo y a su vez, la tranquilidad del ser humano con sus pensamientos llenos de incertidumbre y sin saber qué hacer.

El fuego

Frotó el indio la yesca,
el pedernal, el pino
con otro pino viejo,
la madera, las hojas
de roble, la corteza
de los ceibos caídos,
el cuerpo del animal
salvaje, el carbón
mineral endurecido.

El mundo cambió entonces
otro espejo movible
que no era el del agua,
alzó su brazo rojo
en la espesa maleza,
en el ámbito crudo
de miles de años
a la sombra, iluminados
solamente por el rayo
o por el centelleo
de los lúcidos ojos
de las fieras.

Tú te callaste entonces
viendo crecer la lengua
clarísima, la llama
que levantó su lanza,
su corona de espinas
y que lamió la noche
como animal salvaje.
Ante tu limpio rostro
de indígena doncella
nacía otro milagro:
el milagro del fuego.

En este caso, este poema refleja el nacimiento del elemento natural, el fuego. Una historia que aunque con tonalidad sencilla, busca explicar la creación del mismo, como protagonista y su creadora una indígena muy particular, estos versos conforman uno de los poemas hondureños más conocidos del autor.

Formas del amor

Mis manos tocan, niña mía, tu rumorosa piel,
tu dulcísima carne que tranquilos ángeles habitan,
tu cabellera suave,
tu corazón pequeño.

Oye la campana del día
apagando el luto de la noche
mira la luz que silenciosamente nos cubre,
mira el cielo:
ese jardín sobre tu pecho;
respira el aire quieto
que el ruiseñor anuncia con su lanza,
conduce tu desamor
a un lago sepultado
y háblame con tus labios excelsos.

Llegué a sentir sobre las manos
el agua efímera,
el verano derribando sus torres,
el abismo cerrando sus ventanas,
el fruto abandonado,
el mar abriéndose las venas,
el fuego hundido,
hasta que tú, niña mía,
perfecta virgen repetida,
me entregaste tu rostro.

Veo de cerca la copa
confusa de las aguas,
busco tu claro nombre entre las rosas,
tu dulzura en la esencia de los árboles,
tu vigilia en el beso,
tu olor en los duraznos,
tu luz en el rocío
y me doy cuenta sorprendido
que todo me lo traes, niña mía,
con tu mano sagrada.

Este poema concierne más a lo que respecta con el amor, sus formas más pasivas y más apasionantes, algo que trae la calma, sin embargo, tiene corrientes hacia la connotación sexual, una primera relación íntima, este poema describe de manera delicada la constante naturaleza primitiva del ser.

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Poema a una hija

Cabello de muchacha

Tu cabello es de humo dorado,
una copa con un jugo encendido,
un caracol de ondeado vidrio,
una flor de bronce tímido.

Tu pelo existe, tiembla suavemente
cuando mi mano llega a su rocío,
cuando lo beso entusiasmado,
cuando llora como los niños.

Tu cabello es un odre con frío,
una estrella dulce, un pistilo
que lucha por ser lirio.

Es una paloma convertida en durazno,
una corona que alumbra con sus cirios
y que calienta la sangre como el vino.

A diferencia de otro poema, éste tiene una escritura poco sencilla, sin embargo se puede manifestar que se trata de ejemplificar cómo en la juventud se mantiene una belleza excepcional, si es enfocada en el cabello refiriéndose a la pureza de las adolescentes en todo aspecto, desde la forma de ver la vida hasta algo tan primitivo como se definen sobre sus cuerpos.

Los amantes

                       Los amantes se tienden en el lecho
y suavemente van ocultando las palabras y los besos.
Están desnudos como niños desvalidos
y en sus sentidos se concentra el mundo.
No hay luz y sombra para sus ojos apagados
y la vida no tiene para ellos forma alguna.

La hermosa cabellera de la mujer puede ser una rosa,
el agua tibia o un surtidor enamorado.
El fuego es solamente un golpe oscuro.
Los amantes están tendidos en el lecho.

Este es uno de los poemas de Oscar Acosta y es más evidente entre las relaciones entre dos personas que son amantes, disfrutan de toda su sexualidad y el hecho de también encontrarse enamorados, más apasionados y que refleja aquella intensa atracción sexual y cómo ignoran al mundo que los rodea sin hacer caso a los diferentes comentarios.

Si sigues en la onda de querer seguir leyendo espectaculares poemas, pues ingresa en nuestro artículo sobre Poemas de Carlos Augusto Salaverry más conocidos y disfruta de cada uno de ellos, allí descubrirás su estilo poético y cuáles fueron sus obras realizadas.


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